Olvidaos de los clichés sobre el piano con tirantes. Él lo reinventa mezclando todos los estilos y después, surgido de ninguna parte, un zumbido majestuoso, un jadeo en el fuelle metálico os sacude en la tripa, os barrena las sienes.Es Nano y su acordeón reinventado, que de un ejército de pulsadores nacarados unidos a su vientre con la piel ondulada, ha dado a luz un monstruo híbrido, una mezcla indefinible de estilos y de ritmos, de colores y de atmósferas, de cánticos guturales y de suspiros agudos, de palabras y de onomatopeyas.
Como él dice: Yo no sé dónde situarme. Tengo la impresión a veces de hacer teatro o cine, más que de hacer música.
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